HEMEROTECA- Especial FASSMAN |
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JULIO 1976 – Año V – Núm. 44
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FASSMAN ESCRIBE PARA VD. |
YO Y LA PARAPSICOLOGIA
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Corría el año 1928. Vivía en Perpignan; hacía dos horas que me había acostado y dormía profundamente. De repente golpearon dos veces mi puerta, llamándome por mi nombre. Conocí la voz. Era la de mi amigo Esteban, que vivía a unos cinco kilómetros de la ciudad.
Abrí la puerta… pero no había nadie. Sólo un silencio absoluto.
Me acosté sobrecogido y me fue difícil conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, recibí la noticia de la muerte de mi amigo Esteban.
Me di cuenta de que al morir, su mente, se había conectado con la mía.
La evidencia fue demasiado clara, para poder atribuirla a la casualidad.
Al ver que yo había sido capaz de haber captado esta llamada mental, pensé, que posiblemente, uno podría ser también capaz de repetirla voluntariamente. Busqué toda la literatura que pude, que tratara sobre el tema, pero tristemente en aquellos tiempos era muy escasa. Apenas encontré un par de libros.
Así pues, tomé la decisión de experimentar por mi propia cuenta.
Recorrí los cinco continentes y establecí contacto con los pocos centros parapsicológicos que por aquellos tiempos existían en el mundo. La mayoría de ellos por iniciativa privada.
Durante ese tiempo tuve una amplia variedad de experiencias extrasensoriales, muchas de ellas provocadas conscientemente y otras imprevistas.
Así me he pasado los años tratando de descifrar y localizar los medios más apropiados para desarrollar una mayor sensibilidad y aprender a estar abierto a las impresiones y a los mensajes de más allá de los cinco sentidos sensoriales.
Si la telepatía existía, yo había tenido la evidencia. Se comprobaba que millones de pensamientos se intercambiaban entre las mentes. Se había abierto frente a mí un nuevo mundo de posibilidades.
Me encontré embarcado en lo que se volvió una inquietud que debería ocuparme para toda la vida.
El reto de lo desconocido, está aun frente a mí.
Confieso que el progreso fue difícil; a veces descorazonador, pero siempre con suficientes resultados que me estimulaban a seguir adelante.
Hoy soy capaz de ser perceptivo si me lo propongo y puedo descifrar en términos sencillos este complicado mecanismo de la mente, que resulta tan difícil para muchos investigadores.
Hoy, los fenómenos paranormales, son enfocados bajo dos aspectos diametralmente opuestos.
El primero, es el concepto mecanicista en el cual los fenómenos son examinados bajo un punto de vista neurológico y bioquímico.
El segundo…, del que yo participo, estoy seguro que la mayoría de los lectores también, es el concepto metafísico y cosmológico. Todos los que así pensamos, admitimos, que el ser humano es parte de un universo inconmensurable en donde existen campos de energía que se entrelazan y en donde existen todas las formas de vida, más allá de la comprensión humana.
LA DIFICULTAD DE SEPARAR LAS FUERZAS IMAGINATIVAS DE LAS EXTRASENSORIALES.
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Sí, cada uno de nosotros es un universo en sí y todos llevamos esta carga de energía. Todo esto, me obsesionaba y muchas veces sentía dentro de mí una gran soledad.
Para escapar a esta situación obsesionante que podía atentar contra mi equilibrio psicofísico, me dediqué a estudiar los mecanismos de la mente y practiqué la hipnosis.
Al sentir que uno entra en esta nueva Dimensión, comienzan las dificultades. De repente, uno puede captar mensajes y hasta sentimientos de otras mentes. Si es suficientemente perceptivo y la mente está bien entrenada, lo que se recibe, no es muy claro nunca, porque las imágenes aparecen un tanto distorsionadas, para pasarlas a nivel consciente, creo que entra otra nueva facultad en acción, que es la intuición, para darles forma concreta.
Pero uno mismo tiene que saber, que lo que ha recibido, no ha sido el producto de un proceso mental propio.
Es muy difícil distinguir la actividad imaginativa, de la paranormal.
Y esto es debido a la constante actividad de la mente.
También es difícil para cualquier sensible, mantener el cien por cien de exactitud.
Existe siempre un apreciable margen de error.
Cualquier telépata experimentado, puede tener lapsus negativos en la recepción, debido a la fatiga o, a determinados factores externos perturbadores.
Uno de los más comunes, es la simpatía y la antipatía de los circundantes.
También la carga afectiva del mensaje, la carga sentimental que lleva consigo, es el factor determinante, del éxito en telepatía.
Y digo que la telepatía, es el paso obligado para volverse perceptivo y entrar a dominar las demás facultades paranormales, como es la clarividencia, la psicometría, la premonición y la psicoquinesia, etc. etc.
Por ejemplo, a pesar de mis muchos intentos, nunca logré resultados satisfactorios sobre las Cartas Tener.
Sobre mí no hay ninguna referencia de un símbolo. Una imagen, fría… ¡No me transmite nada! Sin embargo si tengo una persona delante, soy capaz de describir, porque me transmite la carga emocional necesaria, cualquier experiencia humana, pasada, presente o futura.
Y también comprendo que para el mismo receptor resulta difícil poder presentir una carta zener, por el hecho antes apuntado. Porque carecen de cargas afectivas.
Y esto, me ha ocurrido frecuentemente, en mis viajes por todo el mundo, cuando me enfrentaba con pequeños o grandes grupos heterogéneos.
El primer contacto con el grupo, decidía el éxito o fracaso de mis experiencias posteriores. Si la atmósfera era de simpatía y cooperativa, yo podía entrar a nivel adecuado y podía lograr resultados satisfactorios.
Pero si el ambiente era un poco hostil y no había esta transferencia emocional que necesitaba, entonces me inhibía totalmente, y en muchas ocasiones, cosa curiosa, perdía hasta mi control y reaccionaba un tanto violentamente.
Esto me ocurrió con mucha frecuencia.
No es mi propósito con este escrito hacer recuento de datos y rememorar hechos pasados, no. Yo trato este aspecto desde el punto de vista de mis experiencias personales, lo que, con las dificultades que yo me he encontrado, y como cualquiera puede obtener resultados si persiste y trabaja con dedicación.
En el invierno de 1930, se me presentó la oportunidad de poder experimentar con seguridad en telepatía.
Conocí a Jean Forell, muy aficionado entonces a la parapsicología… Bueno, entonces no se llamaba parapsicología, se llamaba Metapsíquica.
Y nos pusimos de acuerdo… El vivía en París. Lo había conocido en Montpellier, en la primavera del mismo año, y convinimos citas mentales a horas determinadas dos veces por semana, y durante dos meses aproximadamente; durante ocho semanas continuamos estas citas.
Al principio, los resultados no fueron muy claros, más bien fueron pobres. Pero a partir de la cuarta semana, los mensajes los podía recibir yo, que actuaba en calidad de receptor, con gran nitidez y precisión. Y pudimos observar ambos, que aquellos que iban cargados de sentimientos, de afectividad y emoción, yo los percibía con mayor claridad que los otros, que eran simples dibujos o mensajes sin ninguna carga afectiva.
Relatar las experiencias, sería muy largo y no creo necesario detallarlo aquí. Me limitaré a decir que estas experiencias siguieron en el Canadá, donde él se trasladó. Era técnico electrónico, y en Montreal, al cabo de unos cinco años seguimos nuestras experiencias.
Obran en mi poder el resumen de estas experiencias y algún día serán publicadas y lógicamente ordenadas, porque hoy, aún están en período de clasificación.
Tengo que confesar, que uno de mis grandes defectos, ha sido el ser poco ordenado en estas experiencias.
Gran parte de estos apuntes recopilados que tenía en el año 1936, quedaron en Barcelona y desaparecieron durante la Guerra Civil.
Y ahora, formularía una pregunta dirigida a todos los investigadores…
¿Para qué sirve, y qué se puede obtener con la parapsicología…?
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Mi personal opinión, es que viendo que el hombre no encuentra seguridad plena ni satisfacciones con la simple adquisición de pertenencias materiales como es el poder y la riqueza, indica que sus cinco sentidos no son adecuados para enfrentarse plenamente a las experiencias del mundo que nos rodea.
Si el hombre aprendiera a activar y desarrollar estas facultades extrasensoriales, fácilmente podría descubrir sus relaciones con una energía, de un poder que está por encima de nosotros.
La mayoría de los humanos, no admiten poseer los mismos poderes dados por Dios que a los mismos maestros.
Si nos pudiéramos dar cuenta de que nosotros poseemos la misma potencialidad y que podemos lograr este desarrollo espiritual, muchos millones de seres humanos se inhibirían a través de ellos y se elevarían, no solamente a la calidad, sino también su comportamiento en la vida, porque se volverían más perceptivos.
Afortunadamente hoy, hay un gran movimiento en este aspecto y surgen guías espirituales que comienzan a encarar la importancia del conocimiento del ‘‘yo’’ personal, y la necesidad de que el individuo, piense primero en su desarrollo interno para comunicarse, para entenderse mejor a sí mismo y entender a los demás.
Aquellos que se familiaricen con las leyes de la mente, saben que esto es cierto, y admiten que lo semejante atrae siempre a lo semejante.
El odio siempre atrae odio…, el amor, siempre atrae al amor.
Si somos capaces de conectarnos con estas vibraciones superiores, recibiremos sus mensajes, recibiremos un… bien, y frente a la problemática existencial, esto…, es muy importante… para el Ser Humano.
El estudio de la hipnosis, me proporcionó un amplio conocimiento de la mente humana, y de sus mecanismos. Y también de la relación psicosomática.
Y las respuestas corporales de los procesos mentales y viceversa.
Esto fue para mí beneficioso, ya que como he dicho antes y vuelvo a repetir, yo me sentía atrapado y tuve miedo, pues comprendí que mi equilibrio psicofísico, se encontraba altamente comprometido.
Comenzaba un desequilibrio lento, pero efectivo.
Afortunadamente adopté una serie de ejercicios y medidas, que evitaron que este desequilibrio siguiera adelante.
Hoy, estoy muy satisfecho, porque he podido transmitirlo a muchos de mis alumnos que se han iniciado en las ciencias mentales. Y actualmente a los alumnos de hoy, a los que se están iniciando, les está sirviendo positivamente.
Tardé algún tiempo en descubrir que cada uno de nosotros está rodeado de lo que se podría llamar un escudo protector electromagnético, que normalmente nos aísla de la imposición de cualquier otra mente sobre la nuestra. Y si esto no fuera así, las mentes estarían constantemente a merced de otros pensamientos de otras ondas cerebrales, que podrían ser negativas y destructivas.
Este campo de fuerza protectora, puede ser roto y debilitado por la enfermedad, un fuerte choque emocional, por una dependencia, por el alcohol, por un vicio, por las drogas, etc.
Entonces el Ser Humano se hace muy susceptible a influencias exteriores y caen bajo su dominio con suma facilidad.
Esto les ocurre a muchas personas, que tienen facultades medianímicas, porque condicionados a esta creencia, entran en el trance las otras entidades… Crean personalidades secundarias, es decir, captan experiencias humanas de la vida pasada y pueden también predecir acontecimientos y sucesos en este estado de trance.
Pero si no se protegen, infinidad de veces, estas personas, tienen influencias externas sobre sí, que a menudo son reflejadas y se reflejan en sus propias reacciones físicas, que cada vez, que estos sensibles, entregan su propia identidad y su conciencia, en estado de trance, dejan que otras entidades superpuestas, hablan a través de ellas y utilizan su mente y su cuerpo, para la escritura automática, por ejemplo, demostraciones de variadas formas de materializaciones, etc. Están siempre arriesgando peligros de posesión y peligros obsesivos, y sobre todo arriesgan la manifestación que surge después de una o dos personalidades secundarias, que son parte de su propia naturaleza…, de naturaleza propia, corriente, deprimida.
Y conste, que es difícil después, reconocer una personalidad secundaria, de la inteligencia propia espiritual, desencarnada, ya que la mente consciente, al perder su control; tiene una capacidad imaginativa extraordinaria.
Y en este punto, me permito recalcar otra vez más que la dificultad que yo he encontrado y que todos los que se inicien y entren en esta nueva dimensión, se encontrarán, de separar las propias fuerzas imaginativas, de las extrasensoriales.
La imaginación busca llenar creativamente, todos los detalles que faltan cuando usted lo solicita y sobre todo lo que la mente ya sabe respecto a un individuo es pedido a la memoria, en un intento para encontrar alguna impresión, que será posiblemente recibida de una mente a otra.
Así que, las imágenes mentales grabadas en el fondo de la memoria se fusionan con las imágenes mentales telepáticamente recibidas de otra mente.
En 1949, se me presentó una nueva oportunidad, que me considero afortunadísimo haber vivido.
Fue llamado por el entonces ministro de Salud Pública, Dr. Carrillo, neurólogo, para que me incorporara provisionalmente, al Instituto de Sicopatología Aplicada, Departamento de Psicosíntesis, que era dirigido por el Dr. Orlando Caraveccio, psiquiatra, de unos treinta y cinco años, estudioso, muy objetivo por cierto, mecanicista, eso sí, con el cual discutía frecuentemente.
El deseo del ministro, era precisamente, investigar toda esta gama de videntes, echadoras de cartas, radiestesistas, las personas que leen en el bagazo del café, astrólogos, brujos, etc., etc.
Allí hubo un desfile interminable muy heterogéneo, muy interesante.
El, utilizaba mucho el electroencefalograma, para saber si existía una modificación, tanto en el Alfa, como en el Beta, que justificara el estado por el cual habían entrado en esta situación paranormal.
Explicar aquí, minuciosamente el resultado de cada una de las experiencias, sería tema para muchísimas páginas, y también debo confesar, que los trabajos que se recopilaron, se perdieron también, desgraciadamente.
En 1957, en la carretera del Mar del Plata, se estrelló este investigador, contra un camión.
Era soltero, y sus dos hermanas fueron a recoger sus pertenencias a buenos Aires. Y parece ser, que lo metieron todo en unos baúles, y todo el material recopilado, que fue guardado en uno de ellos, desapareció con todo el fruto de muchas investigaciones. ¡Fue una lástima!
Yo supe la noticia de su muerte, mientras me encontraba en Estados Unidos. Me comuniqué inmediatamente con sus hermanas y me dijeron que al llevárselos al Tucumán, no dieron importancia a aquellos papeles y los tiraron. ¡Esa fue la causa de la desaparición de tan importantes investigaciones. Triste fin de unos esfuerzos de varios hombres, que trabajaron en equipo y que acabaron en… nada!
En todas aquellas experiencias, se comprobó una vez más, la importancia que tiene en la investigación, el medio ambiente y la atmósfera emocional que se le proporciona al sensible. Cuando la atmósfera no era idónea, el individuo sensible, a pesar de tener facultades, paranormales, se inhibía parcial o totalmente y los resultados eran totalmente negativos.
Y lo mismo que me había ocurrido a mí miles de veces, en mis contactos con grupos pequeños de gentes, les ocurría a aquellos sensibles. Algunos con facultades auténticas, otros, simples intuitivos nada más. Y otros, fanatizados y condicionados en creencias religiosas.
(Continuará en el próximo número)
PROFESOR FASSMAN
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