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HEMEROTECA- Especial FASSMAN
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OCTUBRE 1976 – Año V – Núm. 47

 

FASSMAN ESCRIBE PARA VD.

YO Y LA PARAPSICOLOGIA

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Dado mi desarrollo ulterior de facultades, debo afirmar que tales premoniciones a conciencia abierta y lúcida, las he experimentado en multitud de ocasiones, lo que no es privilegio de cualquier sensible, si no conoce diversos condicionamientos derivados de una práctica controlada y múltiple de sus facultades, que sin la observancia de ciertas normas pueden quedar aquéllas, en estado latente, aún pudiendo ser poderosas y brillantemente bien aprovechadas. Ud. que trata de iniciarse se preguntará, naturalmente, de qué manera puede recorrer esta maravillosa senda del poder extrasensorial.

Para ello, una preparación previa se hace indispensable, al objeto de organizar y sobre todo controlar sus emociones. El factor emocional, incontrolado, constituye uno de los elementos más perturbadores al desarrollo de facultades trascendentes. A renglón seguido, adecuados ejercicios físicos, con el fin de mantener un estado somático equilibrado, en conjunción con los psíquicos, específicamente descritos en las normas de formación y desarrollo del iniciado, y entre los que se cuenta la concentración mental, que le permita entrar en los diferentes niveles psíquicos indispensables. Por otra parte, es indispensable que aprenda a no malgastar inútilmente la energía psíquica disponible, debiendo intentar acumularla a través de las conexiones, con los niveles psicovibratorios superiores.

Tales son algunas de las reglas básicas que le permitan llegar al ‘‘tercer mundo’’, el mundo de los extraños fenómenos paranormales. El iniciado debe tener conciencia de que como ser inmortal que es, posee el poder de emitir su peculiar irradiación en forma de ondas mentales más o menos potentes, mejor o peor dirigidas por medio de su voluntad, y que irradian sobre los demás humanos. De no existir esta comunicación radiante, ¿cómo podría explicarse que, en ocasiones, ante la sola presencia de una persona sentimos simpatía, antipatía o rechazo total? ¿No es esto, confirmación de que estas sutiles radiaciones psíquicas, obran en acción envolvente sobre todos los humanos, en un constante vaivén vibratorio, hasta converger en la mente universal o depósito cósmico, como una manifestación del dinamismo universal al que aludía Camile Flammarion en su obra ‘‘Las fuerzas naturales desconocidas’’?
El iniciado no debe olvidar, por otra parte, que el camino de perfección que debe recorrer, requiere un cierto tiempo, y sobre todo adquiriendo una gran dosis de tolerancia y comprensión, al objeto de poder afrontar las críticas adversas de los escépticos, desconfiados e incrédulos, cada vez más numerosos en el mundo de hoy.

Amigo mío e iniciado sincero: aconsejo para Ud. un intenso estudio, una larga práctica y un intento de asociarse a un grupo de otros iniciados sensibles. Transcurrido un cierto tiempo, experimentará una extraordinaria agudización de sus poderes mentales, de tal modo, que en forma incluso inconsciente penetrará integralmente en esta nueva y desconocida dimensión. Es posible que no vea en ello una ventaja inmediata, acaso por la dificultad y la lentitud en poder percibir esta voz interna, que le sirva de guía en el camino de la vida práctica, sobre todo con ocasión de cualquier circunstancia difícil.

LA IMPORTANCIA DE LA SIMPATIA EN LAS EXPERIENCIAS PARAPSICOLOGICAS



Sin embargo, y según mi personal experiencia y conocimientos –aunque sin poder precisar científicamente su fenomenología causal, el peor qué de este poder–, en su mente se desvanecerá progresivamente toda oscuridad o vacilación, frente a las posibilidades reales de desarrollo psíquico superior que en alguna ocasión, amigo lector, acaso dudó fuertemente de lograrlo. Piense que todo humano está en posesión de estas facultades; lo que la parapsicología pretende es que tales poderes, en Ud. ocultos o latentes, se actualicen y desarrollen debidamente y pueda servirse de ellos, en forma tangible e incrementada.

Debe seguir adelante con la fe necesaria en el triunfo, y la luz le será dada en justa correspondencia. Luz psicoespiritual muy valiosa por doquier, pese a que tendrá no pocas ocasiones para enfrentarse al mundo enfermo del egoísmo, pero que le proporcionará también una concepción de vida más amplia y feliz, más allá del nivel consciente que está habituado a vivir; un mundo suprapsíquico y proyectado más allá, de los sentidos corporales y de la razón pura y consciente.
Este ‘‘tercer mundo’’, como entidad subjetiva unida al subconsciente colectivo, seguirá siendo el receptáculo invadido por mensajes psíquicos de mentes que ya vivieron en otros tiempos y que actualmente ya no existen físicamente o en el mundo visible y concreto, y de este modo estará en contacto y relación constantes con esta dimensión de orden espiritual, ejerciendo sus funciones a niveles infinitos y no finitos en acción eterna o desde siempre.

Naturalmente, no hay que olvidar la postura de los seres materialistas que desconocen la realidad del alma, y cuyos argumentos que expongo se reducirán para aquellos a puros procesos químicos y biológicos de la materia como simples efectos del ciclo evolutivo cosmológico. Para el iniciado creyente, por el contrario, este mundo superior puede ser de gran ayuda en los momentos cruciales de la existencia, manifestándose palpablemente en forma de mensaje, de corazonada, de presentimiento, de intuición –es indiferente la denominación exterior con el cual quiera identificarle–, ya que en cualquier caso y forma constituirá el oportuno aviso previo, advirtiendo en un mensaje anticipado, un determinado peligro que se avecina.
En este aspecto, es innegable que constituyen legión las personas, que en el transcurso de la vida han sido receptoras de algún presentimiento altamente significativo y que ha tenido más tarde una neta y real confirmación.

Citando mi personal experiencia, puedo afirmar que debo a uno de estos avisos repentinos el haber salvado mi vida en un suceso que paso a relatar sucintamente. En el año 1946, viajando por el Brasil y habiendo finalizado mis presentaciones en Sao Paulo, debía desplazarme seguidamente a Porto Alegre. Tenía mi plaza reservada en uno de los trimotores de la Pan American y, no obstante, así que desperté por la mañana del día en que tenía que emprender el vuelo, sentí el impulso de llamar a la agencia de viajes y preguntar si había otro vuelo hacia Porto Alegre, informándome que otro avión –de la Compañía Varig– cubría la misma ruta y advirtiéndome seguidamente que el viaje sería más rápido y más cómodo, sin embargo, con el de la Pan American. Sin saber a ciencia cierta el por qué de mi actitud decisoria de cambiar de vuelo, le ordené a pesar de todo, que me cancelara el vuelo anterior y me reservara la correspondiente plaza sustitutoria en la Compañía Varig. Más tarde ocurría la catástrofe del avión de la Pan American al incendiarse al volar sobre la selva, incendio que no fue posible extinguir y, como último recurso, el piloto intentó un aterrizaje de emergencia.

Al capotar en tierra, las puertas se cerraron herméticamente muriendo abrasados todos los pasajeros, aunque pudieron ponerse a salvo los tripulantes del aparato rompiendo la carlinga y salir al exterior con vida. A no ser por el extraño aviso de peligro que percibí oportunamente, transmitido a través de canales misteriosos de emisión de energía, allí y en aquel instante hubiera puesto fin a mi existencia terrena…

Fenómenos difíciles de explicar en forma rigurosamente científica, pero que se producen y se perciben sin lugar a dudas por la mente superior; fenómenos que, a fin de cuentas, no constituyen ninguna novedad, ya que la Historia cuenta multitud de hechos y vivencias proféticas, admitidas en tiempos pretéritos con esta denominación, por considerar entonces que los poderes superiores que rigen el mundo eran ajenos a las pequeñas fluctuaciones y decisiones humanas, por lo que al sensitivo de los tiempos precristianos se le llamaba ‘‘profeta’’ y le eran atribuidos poderes divinos. Todo mensaje premonitorio ha sido como un rayo de luz superior y trascendente que sin duda ha iluminado, guiado y perfeccionado la obra colectiva de las distintas generaciones a su paso fugaz por la tierra, en tanto que las energías derivadas de la premonición tendrán vigencia sempiterna y mensaje eficaz para guiar a las generaciones venideras.

(Continuará en el próximo número)

 

PROFESOR FASSMAN

 

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