El día 31 de diciembre, noche mágica entre todas, hay muchas personas que efectúan rituales para empezar bien el año y limpiar las malas energías que durante los 365 días anteriores, hayan podido impregnar nuestro hogar.
Vamos a dar aquí un ritual que por fácil y por interesante merece estar entre los que más se efectúan en esta fecha.
Celebración del ritual:
Primeramente encenderemos la vela blanca y dejaremos caer la cera dentro de los tres cocos (que habremos cortado por la mitad anteriormente) haciendo la señal de la Cruz. Con el aceite de Ruda efectúe una cruz sobre las anteriores.
Coloque entonces las tres velas rojas formando un triángulo equilátero en el centro del cual pondremos la estampa de Santa Gemma Galgani.
A un lado del triángulo, mejor el que da al Norte, pondremos la manzana, la pera y la naranja en un plato y junto a él, la copa de licor.
Ponga entonces la colonia de coral rojo, en un litro de agua templada. Seguidamente nos lavaremos la cara y las manos con dicha agua perfumada con la colonia, tras lo cual, y mientras nos vamos secando con una toalla nueva y de color blanco, iremos diciendo en voz baja la siguiente oración, la cual debido a su extensión, recomendamos que tengamos delante, pues puede parecer dificultosa de aprender de memoria:
En nombre de la Santísima Trinidad,
y en presencia de los espíritus benefactores,
te invoco a ti, virginal Santa Gemma Galgani,
para que limpies esta mi casa, de todo mal,
y a sus habitantes, de toda mala vibración, o espíritu negativo,
y que nos abras el camino para que este año… (decir año),
sea mucho mejor que el que ahora muere,
por todo ello te hacemos esta humilde ofrenda,
en señal del sagrado agradecimiento que te tenemos,
encendemos estas tres velas rojas,
para quemar todo lo malo y negativo
que hasta hoy pudiera aquí habitar. Amén.
Seguidamente encenderemos las tres velas rojas dejándolas quemar hasta el final y encenderemos el incienso de Mirra para purificar el aire, y tomaremos un poco de licor (ron o coñac) que beberemos para purificarnos por dentro (cuidado con los excesos).
Una vez hecho esto último, cogeremos los tres cocos y los distribuiremos de la siguiente manera:
Uno en el comedor.
Uno en la puerta de entrada a la vivienda.
Uno en la habitación donde duerme el practicante del ritual.
Con esto daremos por terminado este ritual que deberá de servirnos para todo el año.