HEMEROTECA- Tomo I |
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Marzo 1973 – Año II – Núm. 5 |
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ANTROPOLOGIA |
EL HOMBRE ES MAS ANTIGUO
DE LO QUE IMAGINABAMOS |
EL DESCUBRIMIENTO DEL LLAMADO “HOMBRE DE LEAKEY”
HACE RETROCEDER SU ANTIGÜEDAD A 2.500.000 AÑOS
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Hace cierto tiempo que existe controversia entre los antropólogos acerca de la primitiva “cultura de los guijarros” y la verdadera antigüedad del hombre. Es más: según como se dirijan los tiros resultaría que hay una evolución… pero al revés. Vea, si no, el amigo lector:
La polémica –y con ella, toda la cuestión– se centra en el cráneo y extremidades de un hombre de 2.500.000 años de antigüedad, descubierto por Richard Leakey en Kenia, junto al lago Rodolfo. Si importante es el hallazgo antropológico en sí, lo más sorprendente es que el cráneo de este remoto antepasado nuestro es exactamente igual al de cualquiera de los actuales. Y por si fuera poco no se parece en nada a cualquiera de los tipos de hombres primitivos descubiertos hasta la fecha.
El doctor Luis Miravitlles, comentando este hecho, escribía muy acertadamente: “A ver si va a resultar que después de tantos años de intentos de conciliación entre Darwin y la tradición católica, tenemos que decir adiós al mono”. Y agregaba el propio Miravitlles: “Richard Leakey, 28 años e hijo del famoso antropólogo Louis Leakey ya fallecido, es un científico serio y documentado. No podemos pensar en principio en fraude de ninguna clase. Y se nos ocurre pensar que quizás el primer hombre fue mucho más perfecto que nosotros. Con lo que habría evolución… sólo que al revés”.
EL HOMINIDO INCOGNITA
El descubrimiento, importantísimo, al que acabamos de referirnos, planteó al principio no pocas dudas y cuestiones en torno al “Homo habilis” u homínido más remoto, al que se le suponía autor de la antiquísima “cultura de los guijarros”. Pero tales cuestiones han quedado resueltas en su mayoría gracias a los trabajos posteriores de Richard Leskey, quien comenzó sus investigaciones en 1970, a orillas del lago Rodolfo. “Estas investigaciones –escribe Jorge Agustí– han venido a cristalizar en datos concretos en noviembre de 1972, destacando en primer lugar la edad del que de ahora en adelante se denominará “Hombre de Leakey”, y que se cifra en 2.500.000 años. Su capacidad craneal llega, con toda seguridad, a los 80 cc., mucho mayor, por lo tanto, que la de los australopitécidos que, como el famoso “Zinjanthropus bolsel”, son un poco más modernos”.
Pero lo más importante es que sus estructuras básicas anuncian ya directamente las del “Homo sapiens”. Este dato, añadido a cuanto hemos dicho, se presenta como de consecuencias muy importantes para el estudio del hombre. Porque ahora resulta que el homínido incógnita, es decir, nuestro desconocido antepasado de la primitiva “cultura de los guijarros” podría haber sido, como apuntaba Miravitlles, mucho más perfecto que nosotros.
Consecuencia final de todo esto, aunque tal vez apriorística para los científicos, y sobre todo para los especialistas, es (o podría ser) que hemos perdido el hijo de la evolución del hombre, por la sencilla razón –auténticamente sensacional– de que no hay tal evolución, sino todo lo contrario. Grave tema para meditar, ahora que la humanidad siente tanta vocación de futuro...
MARIUS LLEGET
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