Hola, Invitado (Particular)
TU CARRITO   TOTAL: 0,00 €
Carrito
Sección actual: INICIO

REVISTA DIGITAL PRODUCTOS KARMA

HEMEROTECA- Tomo I
VOLVER A HEMEROTECA

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


ENERO 1973 - Año II - Núm. 3

 

BIOGRAFIA

EL PENSAMIENTO KRISHNAMURTIANO

Selección de citas de sus obras

 


ES LA VERDAD LA QUE OS LIBERA Y NO VUESTRO ESFUERZO POR LIBERAROS. NO TENGO NINGUNA CREENCIA, NI PERTENEZCO A NINGUNA TRADICIÓN. NO PIDO QUE SE CREA SINO QUE SE COMPRENDA LO QUE DIGO


 

En todo ser humano tiene que producirse una enorme revolución interna y no simplemente ideológica o un mero cambio intelectual de conceptos y fórmulas.

Para transformar el mundo tiene que haber regeneración en cada uno de nosotros.

Las revoluciones sangrientas no pueden resolver jamás nuestros problemas. Sólo una profunda revolución interna que altere todos nuestros valores puede crear un ambiente diferente, una estructura social inteligente… Ningún nuevo orden surgirá hasta que individualmente destruyamos nuestras barreras psicológicas y nos liberemos.

Tenemos que crear un gobierno mundial que sea radicalmente diferente, que no esté cimentado en la fuerza ni en el nacionalismo ni en ninguna ideología.

Os habéis convertido en esclavos de todo lo que habéis conquistado.

Un ideal es siempre alguna cosa que “no es”.

No sabemos lo que es la paz. Hablamos de ella y los políticos juegan perpetuamente con la palabra, pero en realidad no sabemos lo que significa. No me refiero a su significado verbal, sino a aquel estado de paz en el que hay enorme actividad sin conflicto, sin tiempo.

La verdadera cultura no es nacionalista ni pertenece a ningún grupo. Cuando lleguéis a comprender esto, surgirá el verdadero espíritu de fraternidad.

Allí donde hay esfuerzo, no hay virtud.

¿Qué ocurre a cualquier cosa que continúa? Cae en ruinas y deviene una rutina. La continuidad es una garantía de degradación.

La verdad es “ser” de momento en momento, y una felicidad que continúa no es felicidad. La felicidad es un estado de ser intemporal.

El sufrimiento no es otra cosa que aquella intensa y alta claridad del pensamiento y de la emoción que os fuerza a reconocer las cosas tal como son.


 

Considerad cada acontecimiento de vuestra vida como si debiera provocar una crisis en vosotros.

Sed nada. La vida deviene entonces extraordinariamente simple y bella.

En tanto que decís me gusta esto, no me gusta aquello, hay para vosotros muerte y soledad.

La eternidad no está en el futuro, la eternidad es ahora. Nuestros problemas existen en el presente y es sólo en el presente cuando podemos resolverlos.

Sólo la mente que está en absoluto descontenta puede hallar la realidad, no la mente respetable, rodeada de una valla de creencias.

Es en la subjetividad del individuo, en realidad, donde existe el objeto.

La lucha entre los opuestos crea en nosotros la noción de la existencia individual, aislada.

El yo es insaciable, no hay ningún medio de satisfacerlo. Es como una vasija agujereada, como un pozo sin fondo que no se puede llenar nunca.

La terminación del conocimiento es el comienzo de la sabiduría.

Para mí no hay mutación psicológica sino cuando cesa el proceso aditivo.

La mutación es una explosión total dentro de las capas inexploradas de la conciencia, una explosión en el germen o, si se quiere, en la raíz del condicionamiento, una destrucción de la duración.

El temor es tiempo y pensamiento. Damos una continuidad al temor por medio del pensamiento, y por medio del pensamiento damos una continuidad al placer.

Todo el destino y la función de la naturaleza es crear el individuo consciente de sí (1), que sabe que constituye en sí mismo una entidad separada, que se sabe diferente de los otros, en el que reside la distinción entre él y los otros.

El egoísmo existe en tanto que existe la conciencia del yo (1), que es el egotismo.

Desde el momento en que se sigue a alguien se deja de seguir la verdad.

La única manera de alcanzar la verdad es convertirse, sin ningún mediador, en discípulo de la verdad misma.

Sabed que el conocimiento de la verdad está en el presente, que no hay ser supremo exterior a esta realidad que está en el hombre, y que esta realidad no conoce ni el tiempo, ni la división, ni la unidad, ni la separación, y es el conocimiento de la sabiduría.

El hombre modifica el medio y el medio modifica la parte del hombre que depende de la modificación del medio, no al hombre todo entero, en su extrema profundidad. Ninguna presión exterior puede hacer eso: no modifica sino las partes superficiales de la conciencia. Ningún análisis psicológico puede tampoco provocar la mutación, pues todo análisis se sitúa en el campo de la duración. Y ninguna experiencia puede provocarla, por exaltada y “espiritual” que sea. Al contrario, cuanto más aparece como una revelación más condiciona.

No hay imágenes simbólicas más que en las partes inexploradas de la conciencia. Inclusive las palabras no son sino símbolos. Hay que romper las palabras.

En tanto que existe en la conciencia un conflicto, cualquiera que sea, no hay mutación. En tanto que domina en nuestros pensamientos, la autoridad de la Iglesia o del Estado, no hay mutación. En tanto que nuestra experiencia personal se erige en autoridad interior no hay mutación. En tanto que la educación, el medio social, la tradición, la cultura, en resumen, nuestra civilización, con todos sus engranajes, nos condiciona, no hay mutación.

Desde el carro de bueyes hasta el cohete astronáutico el progreso se ha debido a cierta parte del cerebro. Aunque esa parte se desarrollara millones de veces más no haría avanzar un paso el problema fundamental que se plantea la conciencia humana acerca de sí misma. Y se desarrollará. Este proceso es irreversible y necesario. Pero existe otra parte del cerebro que no se ha desarrollado y que podemos vitalizar desde ahora. Ese despertar no es una cuestión de tiempo. Es una explosión revolucionaria que, en las fuentes de todo, surge e impide que se cristalice, que se endurezca, a causa de los depósitos del pasado, una estructura psicológica. Esta lucidez aborda cada problema a medida que se presenta, y la importancia del problema se hace secundaria. La libertad y la paz sólo podrán instaurarse en el mundo si ese surgimiento, que es energía sin causa, ni individual ni colectiva, está vivo.

El amor es algo que ha de captarse, comprenderse, vivirse, sentirse, sin ninguna fragmentación entre intelecto, emoción, amor físico, etc. El amor es una respuesta total. Y únicamente esa respuesta es la que trae una revolución radical en la mente.
…El amor es algo sobre lo que uno no puede hablar. Sabemos lo que no es. Y cuando penetramos en él y dejamos de lado en nosotros mismos lo que no es, entonces el amor es.
…El amor siempre es fresco, nuevo, joven, inocente.

Para descubrir si existe la realidad, no afirme nada, no pertenezca a ningún grupo, a ninguna creencia. Tiene uno que ser libre para descubrir, como lo es un científico, si es realmente bueno.

La llamada paz que logran los monjes y otras personas que se retiran del mundo es generalmente una condición de completa insensibilidad, un estado de embotamiento.
La perfección no es más que una evasión de lo imperfecto. Lo imperfecto es también una imagen, como lo es la perfección. De modo que el vivir implica vivir con “lo que es” y producir un cambio radical en “lo que es”. Y esto no es posible si tiene usted un principio, una meta, una imagen de perfección.

El ser humano ha perdido si es que lo tuvo alguna vez– el origen, la fuente, la hondura, la vitalidad de vivir de nuevo; se ha vuelto un ser humano solitario, atemorizado, ansioso, preso en la desesperación, descontento, infeliz, en tremendo dolor.

La norma de la sociedad es la interrelación humana basada en la ambición, en la envidia, en el deseo personal o colectivo de poder, en la actitud jerárquica, en las ideologías, los dogmas, las creencias. Semejante sociedad puede declarar, y generalmente declara, que cree en el amor, en la bondad; pero siempre está lista para matar, para ir a la guerra. Dentro de esta norma, el cambio no tiene nada de cambio, por revolucionario que parezca.



NO HAY IMÁGENES SIMBÓLICAS MÁS QUE EN LAS PARTES INEXPLORADAS DE LA CONCIENCIA. INCLUSIVE LAS PALABRAS NO SON SINO SÍMBOLOS. HAY QUE ROMPER LAS PALABRAS.


 

A menos que haya un cambio completo, una completa mutación en toda la conciencia del individuo, cualquier sociedad basada en los impulsos adquisitivos y la agresión está destinada a ser más y más cruel, y más y más tiránica, lo que significa que la mente se hará sin cesar cada vez más esclava de aquellos valores.

Vosotros no creéis realmente en Dios, porque si así fuera no seríais ricos, no tendríais templos, no habría gente pobre, no seríais filántropos con grandes títulos después de explotar a la gente. De suerte que vuestra creencia en Dios es sin valor; y aunque ella pueda daros consuelo temporal, compensar y ocultar vuestras propias miserias, aunque os dé un respetable escape, reconocido por el género humano como algo que hace de vosotros personas religiosas, todo eso carece de validez y no tiene significación de ninguna especie.

ENRIQUE VICENTE


 


1. Uno de los diversos problemas semánticos que plantea la traducción de los textos originales de Krishnamurti, desde el inglés, es el término –frecuente en él– “I-consciousness”, “conciencia del yo”. Se trata en realidad de una “conciencia oposicional de sí”, correspondiente a la concepción sartriana del “para sí”, opuesto al “en sí” en forma similar a la que el “no ser” se opone al “ser”, pero que nada tiene que ver con la “conciencia de sí” que tiene su origen en el autoconocimiento real que propusieron las “escuelas de sabiduría” orientales y occidentales. ¡Toda una vasta problemática metalingüística…!.

 


 

Volver a Hemeroteca

 

Esta página web usa cookies

Este sitio web utiliza cookies y/o tecnologías similares que almacenan y recuperan información cuando navegas. En general, estas tecnologías pueden servir para finalidades muy diversas, como, por ejemplo, reconocerte como usuario, obtener información sobre tus hábitos de navegación, o personalizar la forma en que se muestra el contenido. Los usos concretos que hacemos de estas tecnologías se describen aquí: política de cookies

Funcionales
Siempre activo
Analíticas
Son aquellas que, tratadas por nosotros o por terceros, nos permiten cuantificar el número de usuarios y realizar la medición y análisis estadístico del uso de este sitio web. Para ello se analiza su navegación en nuestra página web con el fin de mejorar la oferta de productos o servicios que le ofrecemos.
Marketing
Son aquellas que, tratadas por nosotros o por terceros, nos permiten analizar sus hábitos de navegación en Internet para que podamos mostrarle publicidad relacionada con su perfil de navegación.