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Comentarios: Emmain
Coordinación: Asun Lopez |
FLEXIVEGETARIANOS |
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¡Me ha encantado! El libro de Ana Moreno, que se presenta con el novedoso concepto de coach nutricional, me ha seducido. Ha conseguido formarme sobre nutrición sin sentirme culpable ni aprisionada por calorías, recetas o prohibiciones como hachas de Damocles.
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Una cosa es informar y formar y otra es culpabilizar, y lo que hace Ana Moreno es, sin duda alguna, lo primero. Su libro me entró con su portada fresca y ligera (felicidades a los editores que cada vez aciertan más en este aspecto) y por su propuesta de salud relajada a través del alimento. Estamos en otoño, han acabado las vacaciones, los días se hacen muy cortos, la nostalgia por los buenos momentos aprieta y aunque nos invaden los buenos propósitos… ¡ya está bien de exigencias! Todos tenemos el runrún de comer, todos le debemos a nuestro cuerpo un esfuerzo por comer bien… pero todos nos sentimos atraídos por lo que menos nos conviene. Podemos hacer como el avestruz, esconder la cabeza y seguir ignorando qué es bueno comer, o podemos aventurarnos a mejorar nuestra dieta y nuestro entorno de una manera atractiva y flexible.
Todos tenemos horarios, restricciones, anhelos sin cumplir, nos aprieta el cinturón por falta de dinero o por exceso de peso, vamos a ser valientes… pero no vamos a machacarnos. Ana Moreno nos da unas claves concisas y precisas de qué debemos hacer. Para evitarnos el volver atrás en las páginas, con mucho acierto, nos va repitiendo estas pautas. Integrarlas es muy fácil. A mí me ha apetecido colgarlas con imanes en la nevera. No está mal tampoco recordarlas al hacer la compra. Nada que perder, todo por ganar. ¿Y lo mejor? Que no te atemoriza con errores ni catástrofes: te permite sentirte motivado y entusiasta con un proyecto que no es una ruptura radical con los hábitos más comunes, sino un paso adelante.
Unos sienten que deben comer bien por el aspecto, otros para limitar los estragos del paso del tiempo, otros porque saben que la salud vale más que el oro y un grupo (menor pero creciente) por un compromiso ético para con los animales. Dejar de comer animales y sus derivados contribuye netamente a mejorar nuestro aspecto, nuestra digestión, nuestra salud integral y nuestra relación con el entorno. Elegir una dieta rica en frutas y verduras de calidad, y combinadas de un modo sabroso, mejora muchos aspectos de nuestra vida. No voy a relatarlos aquí porque eso lo hace mucho mejor la autora en su libro.
Moreno, a pesar de llevar mucho tiempo escribiendo, estudiando y practicando las dietas libres de toxinas de origen animal, se muestra comprensiva con esas excepciones que a veces facilitan precisamente seguir con la dieta. Cuando por causas sociales o emocionales el vegetariano interrumpe de modo puntual su dieta exclusiva no pasa a ser un fracasado y un traidor. La transigencia razonada que ofrece la asesora nutricional traza puentes hacia el éxito que redundan en nuestro bienestar físico y mental.
Vivimos en una cultura (que la psicóloga social Melanie Joy llama ‘‘carnista’’) propiciada por la industria, el consumismo, las secuelas de hambrunas pasadas, los prejuicios sobre los beneficios de la proteína animal y la pérdida progresiva de la espiritualidad (observemos que en todas las religiones se hace un veto parcial o total del consumo de cadáveres de animales). El Flexivegetarianismo es la perfecta transición para empoderarnos de nuestra salud, de nuestros hábitos de consumo, del planeta y de una manera más equilibrada de relacionarnos con el Universo.
Probad las recetas del final del libro y dadlas a probar, las gratas sorpresas están garantizadas.
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Ana Moreno Morenini |
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