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MANDALAS

  HISTORIA DE LOS MANDALAS

  El mandala de la mitología india es el nombre de figuras poliédricas concéntricas, rodeadas o no por un círculo, de carácter abstracto y que sirven de elementos de meditación para conseguir la elevación espiritual a través de la meditación religiosa. Meditar sobre el círculo era meditar sobre el propio Dios. Y así el hombre irá añadiendo otros dibujos dentro o en torno al círculo. Dibujos producto de estados vivenciales, imposibles de describir ni con palabras aún inexistentes ni con signos aún no codificados. Pero después, en lo remotamente temporal de la mente profunda, en la herencia que genéticamente se irá sumando, aparecen de nuevo las figuras difuminadas, alucinadas, abstractas y al parecer incoherentes de los recuerdos y sueños perdidos. Son ya los arquetipos los que están figurando en los dibujos, representación de extrañas ideas, anhelos y pensamientos alógicos, prelógicos y estados de consciencia diferenciados.

En el Tíbet fueron introducidos estos dibujos, latentes en el subconsciente del ser humano, por el gran gurú Padma Sambhava, allá por el siglo xiii a.C. Más o menos rápidamente se fueron generalizando por todo el Oriente y después pasaron, o ya existían (por aquello de los arquetipos), a otras culturas y civilizaciones, y en la actualidad siguen siendo estos dibujos objeto de meditación.

El Sol, el círculo. He ahí el primer y más antiguo mandala. Lo encontramos entre el lenguaje hecho piedra del gótico. El rosetón de las catedrales, el mandala hecho luces misteriosas sabiamente orientadas en unos momentos mágicos para introducir el efecto deseado sobre los fieles. Los laberintos iniciáticos de muchas grandes religiones, mandalas de recorrido físico y espiritual, centros de fuerza y de energía que actúan por el gesto o por la simple meditación. Porque el mandala es representación del Cosmos, del todo. Por estas circunstancias, y porque es la vida, los dibujos generalmente se hallan dentro del círculo. Como dice muy bien Eliade, el mandala viene a ser una imagen del mundo, y Jung lo relaciona con los más primitivos signos religiosos derivados de los sueños y visiones de las más primitivas culturas.

En el Vudú tahitiano encontramos una variante del mandala en los dibujos mágicos Ve-Ve de difícil traducción en imágenes culturizadas. Encontramos el mandala en la Gran Piedra del calendario mexicano, por citar algunos ejemplos de su difusión.

El mandala es una imagen mental que puede ser constituida mediante la imaginación. A veces es la representación de unas ideas que mueven el impulso de la mano a realizar determinados dibujos que trascienden a una realidad que se da a nivel mental, y de una forma abstracta, es decir, que pugna por hallar su representación unidimensional, cuando de hecho, su construcción en la mente profunda va más allá de la pobre limitación de nuestro espacio tridimensional.

Por esto debe ser guiado el discípulo en su confección y lo que es más difícil aún, en la interpretación del mandala. Porque puede conducir al iniciado a la Iluminación, al Éxtasis, al estado de Samadhi, o a la propia integración cósmica de un Yo que se escapa a través de unos dibujos a las limitaciones del cuerpo.

 

 



¿QUÉ SON LOS MANDALAS?

El mandala es un círculo de meditación. Representa la idea de la presencia divina en el centro del mundo, una particular relación cósmica y espiritual. La contemplación del mandala lleva a tener una experiencia con el mundo espiritual y una unión con lo divino.

Para los tibetanos el mandala es un guía imaginario y provisional de la meditación. En sus diversas combinaciones redondas y cuadradas representa el universo material y espiritual.

Jung utiliza la imagen del mandala para representar una parte simbólica de la psique, que normalmente nos es desconocida.

En los últimos tiempos se utilizan con este fin, coloreándolos y contemplándolos, y se ha constatado que sirven de inestimable ayuda en el campo psicológico y evolutivo del ser humano, facilitando un diálogo con sus partes más profundas e inconscientes.


EL COLOR EN LOS MANDALAS
El uso de los colores en los mandalas expresa los sentimientos, pensamientos e intuiciones más profundas de nuestro interior. Analizar su significado nos ayudará a comprender los mensajes que nos envía el inconsciente.

El BLANCO sugiere pureza y espiritualidad. Iluminación, inspiración, perfección.

El NEGRO es el color de la oscuridad, la muerte y el misterio. Renacimiento.

El GRIS es un color neutral. Expiación, ecuanimidad, renovación, sabiduría.

El AZUL sugiere calma, serenidad y paz. Felicidad, intuición.


El ROJO evoca la energía. Sensualidad, amor, pasión.

El AMARILLO es el color del Sol. Luz. Energía, vitalidad, receptividad.


El VERDE es el color de la naturaleza. Equilibrio, crecimiento, esperanza.


El NARANJA es un color energético. Dinamismo, ambición, firmeza personal.

El ROSA es un color femenino. Sensualidad, emociones, juventud, dulzura, altruismo.

El LAVANDA es el color de la espiritualidad. Experiencias místicas.


El MAGENTA transmite una sensación de vitalidad, entusiasmo y energía. Motivación.

El  PÚRPURA representa la realeza. Magia, espiritualidad, transformación, crecimiento personal.

El color ORO sugiere riquezas. Sabiduría, claridad, lucidez.

El color PLATA se relaciona con la Luna. Creatividad, capacidades extrasensoriales.

 

SÍMBOLOS Y SU SIGNIFICADO

Los ANIMALES simbolizan aspectos instintivos e irracionales de nuestro inconsciente. Las AVES son consideradas mensajeras. Los PECES se asocian con la reencarnación y la fuerza vital. Los REPTILES y ANFIBIOS simbolizan los ciclos, el cambio, la dualidad y el misterio. Los INSECTOS simbolizan virtudes humanas. Los ANIMALES IMAGINARIOS simbolizaban el caos del mundo real, en el que la vida podía resultar alterada.

Serpiente: sexualidad, espiritualidad y sabiduría.
Elefante: sabiduría y fuerza.
Ballena: símbolo de la familia y del buen comportamiento social, así como de la unidad del hombre y la naturaleza.
Delfín: sabiduría. Murciélago: simboliza el lado oscuro de nuestra personalidad.
Lobo: simboliza nuestros instintos y deseos primitivos.
Águila: simboliza el vuelo del alma, la libertad y el profundo respeto hacia lo desconocido. También es símbolo de inmortalidad, del espíritu del cielo y del renacimiento.
Halcón: libertad e independencia.
Caballito de mar: tranquilidad y armonía entre la tierra y el mar.
Dragón: poder, fuerza y renovación. También representa nuestros miedos más primitivos.
Unicornio: virginidad e inocencia.
Pegaso: potencia ilimitada e inmortalidad. Flexibilidad y creatividad.

 

El ÁRBOL es un símbolo de vida que se renueva por sí misma, conexión con el subconsciente, conciencia, crecimiento, sentimientos maternales, arraigo pero también estancamiento, personalidad.

La FLOR simboliza la belleza profunda y la brevedad de la vida.

El CÍRCULO  representa la unión entre la tierra y el cielo. Movimiento, cambios.

El CUADRADO simboliza la estabilidad y la tierra. Firmeza y fundamento.

El TRIÁNGULO es símbolo de la verdad y sabiduría. Unión y armonía.

La ESPIRAL es el símbolo del desarrollo, del crecimiento y la renovación. Simboliza el carácter imperecedero de la vida, el movimiento de la evolución en todo el cosmos con la muerte y el renacimiento.

Los LABERINTOS fueron considerados líneas divinas, mágicas o geománticas que eran seguidas con mucha concentración y meditación para obtener recogimiento interior e iluminación. También eran considerados caminos de consagración y de viaje interior.

El PENTAGRAMA representa una estrella y con ella la energía mística interior. Sabiduría.

La CRUZ es el símbolo universal de la meditación.




MEDITACIÓN CON MANDALAS DE CHAKRAS Y YANTRAS

Cuando se medita delante de un mandala, tenemos ante nosotros la representación del mundo y de su propio espíritu; el propósito es de hacer coincidir su centro y el centro del universo. La meditación por el mandala nos ofrece silencio, paz, armonía, y nos sitúa en la vía del equilibrio: nos deja mirar en su propio mundo, nos guía hacia las fuentes de luz interior. La meditación nos hace conocer nuestra propia identidad, lo divino en nosotros, deja brillar al conocimiento perfecto que habita en la profundidad de nuestras almas.

Nos sentaremos en un lugar tranquilo sin que nadie nos pueda molestar, mejor si puede ser sentado adoptando la posición de loto. Si ésta resulta complicada o difícil por circunstancias físicas, adoptaremos una posición más cómoda.

Colocaremos el mandala frente a nosotros, a la altura de la vista, sujeto a la pared. La meditación con el mandala la realizaremos con los ojos abiertos, habiendo realizado antes una relajación y concentración con los ojos cerrados. Fijaremos la vista sobre el mandala de forma que lo veamos en su totalidad y con claridad.

Deberemos entrar en él y dejar que él penetre en nosotros. Hay que sentir su vibración en todo nuestro ser. Debemos recorrerlo mentalmente. Identificarnos con él, hasta llegar a sentirse uno con el mandala.

El chakra de la raíz (muladhara) se encuentra justo en la base de la espina dorsal/coxis. Funciones: Fomenta lo terrenal y los aspectos materiales de la vida.Proporciona estabilidad, energía y vitalidad. Refuerza la conciencia sobre el cuerpo.

El chakra del sacro (svadishana) se encuentra el la parte inferior del abdomen, aproximadamente dos pulgadas por debajo del ombligo. Funciones: Fomenta la sexualidad y la creatividad, refuerza los sentimientos de alegría, bienestar, vitalidad y satisfacción. Pone en contacto con la propia fuente interna de energía y la potencia interior.



El chakra del plexo solar (manipura) se encuentra en la parte superior del abdomen en la zona del estómago. Funciones: Para la armonización de los sentimientos, para reforzar los valores personales y la propia conciencia y para reducir los miedos. Fomenta la energía interna y deshace la contradicción entre entendimiento e intuición. Sirve para hacer realidad los deseos que tenemos en la vida.

El chakra del corazón (anahata) se encuentra en el centro del pecho, un poco por encima del corazón. Funciones: Fomenta la tranquilidad y la concentración internas. Refuerza el amor espiritual y universal, el amor a uno mismo y a todos los demás seres.



El chakra de la garganta (vishuddha) se encuentra en la garganta o, lo que es lo mismo, en el cuello. Funciones: Para reforzar la capacidad de comunicación. Para una mejor expresión de los sentimientos y los pensamientos. Proporciona también veracidad y honestidad. Refuerza la unión entre cabeza y corazón y hace que se exprese el alma. Gracias al habla se pueden volver a activar los bloqueos y todo aquello que no podía ser digerido.

El chakra de la frente o tercer ojo (ajna) se encuentra en la frente, justamente encima y entre las cejas. Funciones: Para fomentar la meditación y el alto conocimiento, la claridad y la sabiduría; también fomenta el equilibrio entre el pensamiento racional y nuestro conocimiento intuitivo. Pone en contacto con la propia fuente interna de energía y la potencia interior.


El chakra de la coronilla (sahasrara) se encuentra en el punto más alto de la cabeza, en el centro del cráneo. Funciones: Refuerza la unión con los planos superiores y con la unidad divina. Fomenta la superación del ego y otorga paz y unidad con lo más alto de la creación y el universo. Es la puerta que conduce al amor al universo y al mundo de los dioses.

 




Kali Yantra. Símbolos: Un yantra es un patrón de energía. El cuadrado simboliza las cuatro direcciones del cielo; el loto simboliza el interior, la realidad cósmica-espiritual; el triángulo en el centro representa la naturaleza y la forma de la energía femenina primitiva. Funciones: Contribuye a la unidad con lo absoluto, fomenta la aspiración a la perfección y la capacidad de discernimiento divina y ayuda a superar todos los impedimentos en el sendero espiritual.





Shri Yantra.
Símbolos: Según las enseñanzas hindúes, simboliza la fuerza primitiva divina, de la que proviene todo origen y toda desaparición. Los triángulos puestos hacia arriba simbolizan los elementos fuego y aire; los que apuntan hacia abajo simbolizan el agua y la tierra y, por consiguiente, la formación total de la creación y la naturaleza. Funciones: Proporciona amor universal, armonía divina, sabiduría y paz. Además de una gran felicidad interna y salud espiritual y física. Defiende contra las energías negativas y los peligros.






 





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