Los antiguos Nórdicos empleaban las runas como arte adivinatorio y religioso. Es a partir del siglo II a.c. que a las runas se les otorga una fonética o lenguaje concreto, siendo el más conocido el viejo “Futhark”, que tuvo gran esplendor hasta el siglo VIII.
Hay numerosas formas de tirada. La más sencilla —la “Tirada única”—, se utiliza para obtener una respuesta rápida y concreta y se consigue escogiendo una única runa entre las 25 totales.
La “Tirada simple” es básicamente igual a la primera, con la salvedad que se han de interpretar de forma conjunta las tres runas. Se ha de valorar el porcentaje de runas positivas o negativas: Dos runas positivas y una negativa indica que sí se obtendrá lo deseado; tres runas positivas significan que lo conseguiremos fácilmente; por el contrario, tres runas negativas, que nunca lo lograremos.
En la tirada de cinco runas éstas se distribuyen en forma de cruz, con tres runas en línea horizontal que son las primeras a interpretar de izquierda a derecha, y dos más en forma vertical, situadas encima y por debajo de la central. Primero se interpreta la superior y finalmente la inferior.
Para interpretar las runas las pondremos boca abajo, como las fichas de dominó, y las mezclaremos. Ya sea en círculo, en fila, o en cruz, iremos poniendo las 25 runas una al lado de la otra.
Da igual cual de los tres métodos escojamos, pero eso sí, iremos descifrando las runas con el mismo orden que las hemos estado poniendo.
Os deseamos mucha suerte y ya veréis cómo este método de las runas, es tan práctico y eficaz como el que más. Y lo que anhelamos es que con él podáis encontrar vuestro camino o el de los demás.
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