TU VIDA SEGÚN TU SIGNO DEL ZODIACO |
Amor, trabajo, salud, dinero
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LEO
En el trabajo eres una persona perfectamente capacitada para ocupar puestos de gran responsabilidad en los que tu sentido de la autoridad puede ser demostrado. Tu instinto natural es el de buscar siempre los máximos honores, la máxima rentabilidad, pero como no gustas que te regalen nada, a todo ello quieres llegar con tu esfuerzo personal y sin la ayuda de “padrino” a los que en el fondo desprecias.
En ti se conjugan una serie de elementos muy positivos tales como la nobleza de espíritu, el sentido de la autoridad, la generosidad, la franqueza y el talento dramático. En el fondo eres una persona que te asomas al teatro de la vida a representar tu papel. Esto no significa falsedad en ningún momento, sino al contrario, que sabes adaptarte a las circunstancias y posees una rara habilidad para estar a la altura de las mismas. Por otra parte eres persona enérgica e independiente, excesivamente franca y autoritaria cuando te conviene serlo.
Para ti los problemas casi no lo son, ya que sabes atacarlos con decisión y hasta con cierta grandeza espiritual. Todo lo que se relaciona con los nativos de Leo es grande, limpio, transparente. No hay maldad ni fondos oscuros en su línea de conducta. Deseas en cambio figurar siempre al frente de las cosas ya que tu sentido de la autoridad así te lo hace ver. Esto es correcto, siempre que tu conducta no haga que los demás se sientan disminuidos ni avasallados.
En algunos momentos esta particular forma de ser puede evolucionar hacia ideas fijas, a las que te aferras sin querer ver más razones que las tuyas. Esta testarudez puede llevarte a estados de cólera, que generalmente duran muy poco. Por fortuna lo plácido de tu naturaleza y el sentido de la justicia se imponen inmediatamente.
Amas la belleza, el esplendor y cualquier otra forma de exhibición personal, por esto los que te rodean tienden a halagarte. Saben que te dejas convencer mejor con una palmadita en la espalda que no con un grito, y saben emplear la palmada a tiempo.
El orgullo juega un papel muy importante en tu trabajo. Atacas tu labor como el general que se plantea una batalla y no admite la derrota bajo ninguna justificación. Posees un alto sentido de la responsabilidad y lo peor que puede pasarte es que estés bajo las órdenes de una persona menos capacitada que tú; cuando eso ocurre, te revelas con razón y el obedecer las órdenes te cuesta un tremendo esfuerzo, que por otra parte tu habilidad sabe perfectamente disimular a los ojos de los demás.
Esta máxima responsabilidad que buscas en el trabajo, no es síntoma de un espíritu avaro ni acaparador, es sólo el deseo de ser más, de estar más arriba, de llegar antes. Precisamente en el aspecto dinero, eres una persona muy normal y posees la rara habilidad de saber adaptarte a las circunstancias. Los Leo saben que existen tiempos de vacas flacas y tiempos de vacas gordas, y también saben ir al ritmo de las circunstancias, pues como hormigas laboriosas saben ahorrar para el “invierno”.
En el terreno económico, te gusta ayudar a los demás. Disfrutas viendo a la gente contenta gracias a tu ayuda, y por consiguiente no reparas en hacer un regalo caro o un favor económicamente importante. Piensas que estás en mejor posición que los demás para luchar en la vida y este sentido de tu propia superioridad te hace poseer un espíritu generoso. Te gusta que los demás te consideren una persona importante.
Esto que a primera vista puede parecer orgullo, es sólo la parte superficial de tu verdadera personalidad.
Nada digno de destacar en tu salud. Por naturaleza eres una persona fuerte a la que las enfermedades no hacen demasiada mella. Puedes lógicamente contraer alguna dolencia que se escapa a todo posible pronóstico, pero generalmente no será nada grave. Todos los males que pueden aquejarte vendrán dados por el exceso de trabajo, o lo que es igual, por el exceso de tensión que el trabajo te produce. Estar siempre en primera línea supone un agotador esfuerzo que los nervios y sobre todo el corazón pueden acusar. Si por cualquier circunstancia te ves en la obligación de guardar cama, créeme que compadezco a tu médico, ya que eres de las personas que ni la más grave enfermedad pueden doblegarse a la inactividad.
Y llegamos al siempre difícil apartado del amor, en el que tu arrolladora personalidad se manifiesta con más fuerza si cabe que en los anteriores. Eres la persona ideal para dejarse arrastrar por el amor, poniendo en él todo su fogoso temperamento. Hay una cosa muy curiosa en la forma de amar de los Leo: no les gustan las manifestaciones de amor cara al público. Consideran de seres inferiores el cariño superficial y sólo lo aceptan en profundidad, en lo más recóndito de su alma. Pobre de la persona que se enamore de ti sin conocerte a fondo. ¿Cómo explicarle que tu aparente frialdad es realmente fuego apasionado que no quiere dejarse ver por no sentirse inferior?
Tus idilios deben de ser alegres, llenos de luz y sin demasiados momentos de intimidad. No sabes decir un “te quiero” a tiempo; tú sabes eludir de forma casi arisca una caricia, no te dejarás robar con facilidad un beso, aunque todas las fibras de tu cuerpo estén gritando: “¡Sí, te quiero, te quiero!”, aunque todo tu cuerpo se estremezca ante esa caricia esquivada, aunque ese beso que te niegas quede grabado en tu alma para siempre.
Deja por favor tu orgulloso temperamento para mejores circunstancias y piensa que en el terreno del amor, las cosas han de aflorar a la superficie, para demostrar al ser amado nuestros sentimientos. Toda esta pantalla de frialdad es sólo la coraza en que pretendes camuflar un corazón apasionado que tiene miedo a llevar el amor hacia terrenos peligrosos. Piensa que la virtud de las cosas está siempre en ese punto para ti desconocido y que se llama término medio.
Si hay algún consejo importante que pueda dársete es, sin ninguna duda, el deber que tienes de ajustar tu conducta amorosa al nivel lógico para que los demás puedan entenderte.
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